De la lealtad de Morales al “bando” de Wilman Cardozo

Hay una estrecha línea entre la deslealtad y el delito de injurias. No es lo mismo chismear de oídas sobre los negocietes paralelos del hijo del presidente con las empresas del Estado que señalar a determinados vocales como operadores de ilegalidades. No es lo mismo aunque se parezca y las consecuencias puedan ser más graves.

Morales se ha sentido ciertamente atacado por el ministro de Justicia Iván Lima en lo que se refiere a los procesos de selección de jueces y el procedimiento de elección, y hace días que viene advirtiendo de un probable boicot a su Congreso convocado en Lauca Ñ donde en principio se pondrá fin a las luchas de poder en el interior eligiendo a una dirección orgánica que, finalmente, será quien defina sobre las candidaturas de 2025.

Como el asunto es de fondo y el cronómetro está en marcha, se ha precipitado la definición de bandos al más alto nivel. Arce tiene claro que cuenta con el respaldo de los dirigentes del Pacto de Unidad, que serán al fin y al cabo los que elijan a los delegados, pero no está todo dicho y el propio aparato del MAS lo tiene acorralado volviendo a colocarlo fuera del partido.

El viernes se aireó una carta de 26 exministros de Evo entre los que destacan la firma de Juan Ramón Quintana, Nemesia Achacollo, Amanda Dávila o Sacha Llorenti, y las ausencias de Héctor Arce Zaconeta, Luis Alberto Sánchez o Hugo Moldiz. En la misma cuestionan el accionar de Lima y anticipan que intentan inhabilitarlo como candidato… reduciendo así el conflicto a un asunto de interés, supuestamente, del presidente Arce.

En Tarija no todo el pescado está vendido, como muchas veces parece. El gobernador Óscar Montes parece haberse reconciliado con el alcalde Johnny Torres, aunque entre sus equipos saltan chispas, mientras que el jaque en la Asamblea parece haberse neutralizado con los buenos oficios de la vicegobernadora Maya Soruco, a quien se le delegaron las relaciones con la nueva directiva surgida de la escisión de Unidos en su vertiente rural.

Los más combativos en la Asamblea habían advertido que la escisión tenía el simple objetivo de boicotear la gestión de Óscar Montes, darle la inestabilidad suficiente a la gestión como para que se volviera a visualizar la inviabilidad de un gobierno departamental diferente al del Movimiento Al Socialismo (MAS). De momento las amenazas no se materializan, aunque el foco de tensión esta semana se ha puesto en la gestión del presupuesto económico, recortado sustancialmente por la reducción de ingresos petroleros pero maquillado por el nivel central.

Mauricio Lea Plaza es quien abandera la crítica al nivel central mientras que el resto de sus aliados en Unidos prefieren pasar de puntillas. No está claro si el choque con Arce y sus ministros sigue dando rédito en Tarija o el asunto está ya amortizado ante la disolución general del MAS, incapaz de articular oposición aún con la nueva directiva díscola y a su servicio por la división entre arcistas y evistas.

Paz puede pretender lanzarse a nivel nacional, pero el bando que acabe de elegir Cardozo tendrá impacto en la política local después de una legislatura de desintoxicación donde decidió quedarse “al margen”, aunque sea quien está detrás de las operaciones de Jorge Luis Sanguino, asambleísta departamental y apoyo fundamental de Unidos aún desde la bancada de Todos.

No está claro si el “jocoso” apoyo de Cardozo a Paz Pereira tendrá repercusión en la agrupación departamental Todos, liderada por el exgobernador Adrián Oliva, guardado bajo siete llaves. No lo vería mal, por ejemplo, otro de sus operadores, Waldemar Peralta, que trabaja en una opción “transversal” de centro en el plano nacional.

Pulso
La amenaza de proceso de Lima a Morales ha provocado la airada reacción de 26 de sus ministros

Bochornoso papel de la Justicia, de nuevo

Los ejemplos sobre el mal manejo de la justicia son múltiples, pero algunos son por demás evidentes.

(Fuente: El País)