Caminos y lágrimas: desgarradoras historias tras el accidente de La Veloz del Chaco

Julio se encuentra en una lucha por su vida después de un trágico accidente que cambió su mundo en cuestión de segundos. Viajaba de regreso a su hogar en compañía de su esposa y sus tres hijos menores de edad. El fatídico miércoles, un bus perteneciente a la empresa La Veloz del Chaco, en el trayecto por la carretera Cochabamba-Santa Cruz, volcó de lateral y se embarrancó en la localidad de Paracti, específicamente en el kilómetro 82. El saldo es desgarrador: huérfanos, padres sin hijos, viudos y familias fragmentadas.

La devastación golpeó a Julio y a su familia de manera implacable. En este siniestro, sus dos hijos, de cuatro y seis años, perdieron la vida. Él mismo y su otra hija tuvieron que ser ingresados en estado crítico en la unidad de terapia intensiva, mientras que su esposa fue hospitalizada también debido a las lesiones sufridas.

Los seres queridos de Julio se unieron en un esfuerzo desgarrador para recuperar los cuerpos de los pequeños, que se encontraban, junto con las demás víctimas del siniestro, en la morgue del Hospital San Francisco de Asís de Villa Tunari. La noche siguiente, los cadáveres llegaron a la Clínica Arébalo, donde los padres y la hermana de los niños se encuentran luchando por su recuperación.

La tristeza y el anhelo de justicia se hicieron sentir con fuerza en medio de la tragedia. En una emotiva despedida en Bella Vista, Quillacollo, los hermanitos fueron honrados y llorados por todos aquellos que compartieron su dolor. La tragedia dejó luto en todo Bolivia, con un total de 20 personas fallecidas, incluyendo a tres niños, y 36 heridos, entre ellos seis son menores de edad.

Nelly S., de 50 años, y su hija Camila M., de 20 años, se encontraban entre los pasajeros del autobús de La Veloz del Chaco. La tristeza abruma a su familia, ya que habían emprendido un viaje a Llallagua, Potosí, para visitar a algunos familiares y estaban en camino de regreso a su hogar, donde sus seres queridos (el esposo e hijas de Nelly, así como el padre y las hermanas de Camila) las esperaban con ansias cuando ocurrió el hecho de tránsito.

En un emotivo y doloroso acto, sus seres queridos les dieron su último adiós en Santa Cruz, donde las despedidas estuvieron cargadas de tristeza y pesar.

A pesar de sus cuatro costillas rotas, una joven, de 23 años, tenía un único deseo: ser dada de alta del Hospital México de Sacaba. Su hijo era su fuente de fortaleza, su razón para seguir adelante, y ansiaba desesperadamente noticias de él. Sin embargo, la impactante noticia finalmente llegó: su pequeño había perdido la vida en el trágico accidente en el kilómetro 82.

Los profesionales médicos la convencieron de la importancia de quedarse internada, considerando su estado físico que no le permitía moverse adecuadamente. Para brindarle apoyo en esta difícil situación, la trabajadora social del hospital se comprometió a asistirla en los trámites para recuperar el cuerpo de su hijo, así como en todas las necesidades que pudiera tener a lo largo de este largo proceso de recuperación, tanto física como emocional.

CUATRO NIÑOS QUEDAN HUÉRFANOS

Katherine dejó en la orfandad a cuatro niños, cuyas edades oscilan entre los 2 y 14 años. Ahora, Rosa, la madre de la fallecida, asumirá la responsabilidad de cuidar y proteger a estos pequeños. Katherine había viajado a Cochabamba por algunos días y se encontraba de regreso a Santa Cruz cuando ocurrió el fatídico suceso.

SU NOVIO MURIÓ Y ELLA ESTÁ HOSPITALIZADA

Los familiares de la joven llegaron a Cochabamba llenos de angustia y preocupación. En el momento en que la sobreviviente recobró la consciencia, su primera pregunta fue acerca de la suerte de su amado. Incansables, emprendieron una búsqueda por varios hospitales en la esperanza de encontrarlo. Sin embargo, tras indagar en vano, se enfrentaron a la cruda realidad: el nombre de él figuraba en la lista de fallecidos.

Según relatos de algunos pasajeros, la flota presentaba problemas en su sistema de frenos, al menos así lo comunicó uno de los conductores momentos antes de la tragedia. No obstante, las causas exactas del trágico incidente vial están siendo minuciosamente investigadas.

“El chofer gritó que los frenos se habían soltado e incrementó la velocidad. Todos comenzaron a gritar y algunos intentaron saltar por las ventanas, pero no lo lograron… No recuerdo más”, compartió una de las sobrevivientes.

Otro pasajero narró: “Sentimos un impacto en la cabina del bus y nos refugiamos en el pasillo. De repente, vimos cómo el costado derecho del autobús colisionaba contra la montaña y al final de la pendiente nos adentramos en un hueco”.

Estos son algunos de los desgarradores testimonios de los pasajeros involucrados en el accidente más trágico del año.

En respuesta, la empresa de Seguros y Reaseguros Personales UNIVida movilizó a más de 20 miembros de su equipo para proporcionar asistencia a los heridos y a los familiares de las víctimas fatales.

Carlos Herbas, el gerente regional de UNIVida, informó que su equipo está trabajando en varias localidades, incluyendo Cochabamba, Sacaba, Villa Tunari y Chimoré. El personal está presente en los hospitales donde se encuentran los heridos, y también está en contacto con los familiares de las víctimas fatales para agilizar los procedimientos y garantizar una pronta entrega de indemnizaciones.

(Fuente: Opinión)