En el encuentro, un experto de la universidad paceña afirmó que la acumulación del agua en la represa de Tuni Condoriri se encuentra al 50% de su nivel, que podría afectar a la provisión de agua a El Alto y en varias zonas de La Paz.
Sin embargo, señaló que el nivel de la acumulación de agua en las 10 represas que proveen con el líquido elemento a La Paz y El Alto está en mejor condición que en 2016.
Ramírez afirmó que el fenómeno de El Niño aún no comenzó y que los episodios de sequía que se presentaron hasta la fecha son producto del déficit de lluvias de años anteriores, pese a que se presentó el fenómeno de La Niña, que se caracteriza por la mayor cantidad de precipitaciones pluviales.
A esa situación se suma que en este 2023 y en 2024 se enfrentará el fenómeno de El Niño, cuya característica son las lluvias en mayor cantidad en tierras bajas y sequía en tierras altas.
Ramírez advirtió que, como consecuencia del fenómeno, a finales de 2024 se podría enfrentar problemas en la provisión de agua a las ciudades de La Paz y El Alto.
Además, aseguró que la similitud entre las condiciones actuales y el periodo de la denominada “crisis del agua” de 2016 hace temer un desbalance en disponibilidad del agua en los embalses para 2024.
Mientras que los embalses de Milluni, Chacaltaya y Ajuankhota están con niveles bajos, las represas Jancokhota y Pampalarama están casi llenos. Y Alpaquita, Incachaca, Hampaturi Alto y Hampaturi también tienen niveles de agua acumulados que superan el 50%.
Finalmente, Ramírez recomendó que ante la amenaza climática se debe evaluar “diferentes escenarios probables de afectación y establecer planes de contingencia adecuadas para evitar una nueva crisis de desabastecimiento de agua, especialmente para la ciudad de El Ato”.
(Fuente: La Razón)