“Evidentemente, la  exportación de gas a la Argentina ya no va a continuar durante los próximos años por una razón natural, Argentina cuenta con un potencial, si no estoy mal, de 600 TCF en Vaca Muerta”, explicó el titular de la petrolera estatal en contacto con Bolivia Tv.

El presidente de Energía Argentina SA (Enarsa), Agustín Gerez, declaró el 30 de agosto que se negocia con la petrolera estatal boliviana el cumplimiento de sus obligaciones contractuales hasta mayo del siguiente año y a partir de junio de 2024 dejar de importar el gas del país andino.

Bolivia y Argentina firmaron en octubre de 2006 un contrato de compra-venta de gas natural vigente hasta diciembre de 2026.

No obstante, el 17 de agosto, la secretaria de Energía de Argentina, Flavia Royón, informó que Bolivia está planteando “finalizar” el contrato antes de 2026. Según la funcionaria, en las negociaciones que se realizaron con YPFB para nuevas adendas al contrato, la petrolera boliviana indicó que ya no “está en condiciones” de cumplir el acuerdo.

“Ya tenemos mercados en Brasil que ya lo venimos desarrollando porque lo de Vaca Muerta no es algo que nos enteramos hace 5 días, es algo que ya se sabía que venía hace años en el desarrollo y que sabíamos que Argentina iba a ser autosostenible en gas”, añadió.

Mercado

Por tal razón, YPFB comenzó a buscar nuevos mercados dentro de Brasil con mejores precios al que paga el mercado de Argentina.

Argentina lanzó a finales de agosto la licitación para la reversión del Gasoducto Norte y otras obras complementarias que abastecerán de gas al norte de ese país y reemplazarán las importaciones desde Bolivia y permitirá cambiar la dirección del flujo del gas, que actualmente es de norte a sur, y contar con combustible propio pues consideran que la producción en Bolivia está en “declive”.

El 9 de julio, el gobierno de Alberto Fernández inauguró el primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) que transportará el gas natural no convencional desde el yacimiento Vaca Muerta hasta la provincia de Buenos Aires (centro), a través de 573 kilómetros de ducto.

(Fuente: La Razón)