Esta situación provocó una logística compleja en la distribución, particularmente en áreas donde el suministro de combustible depende de vías terrestres, como Santa Cruz y Potosí.

Según Dorgathen, YPFB garantizó la entrega de alrededor de 2 millones de litros de diésel en Santa Cruz, el volumen estándar de abastecimiento en el departamento, aunque los bloqueos generaron una «sensación de desabastecimiento» debido a los retrasos.

Diésel

«Estamos cumpliendo con el volumen diario, pero las dificultades logísticas, provocadas por las barreras en las rutas, ralentizan el proceso», explicó.

El problema se agrava en el caso del diésel, ya que según Dorgathen, la mayoría de combustible se exporta de mercados externos, lo cual requiere que grandes cantidades sean transportadas por camiones cisterna.

A diferencia de la gasolina, que se produce en mayor cantidad dentro del país, el diésel depende de un sistema de importación vulnerable a los bloqueos de caminos, que afectan severamente el transporte de cisternas y la llegada del combustible a los puntos de distribución.

Rutas alternas

YPFB comenzó a explorar rutas alternativas e incrementó las importaciones desde puntos adicionales para intentar minimizar el impacto de los bloqueos y mantener el flujo de diésel a las zonas afectadas.

«Si bien la estatal cuenta con reservas en sus plantas, necesitamos que los bloqueos se levanten para evitar que la distribución siga comprometida y el impacto económico aumente», subrayó Dorgathen.

A pesar de estos esfuerzos, la estatal boliviana reiteró su pedido de cese de los bloqueos para poder normalizar la entrega del combustible en todo el territorio nacional.

La Razón