Tres pinchazos le dejaron al borde del abismo. Sin la ayuda de sus compañeros, sus opciones habrían terminado hoy.
Carlos Sainz y Lucas Cruz han salvado hoy medio Dakar. No ha habido que esperar al infierno de piedras que será mañana la etapa de 480 kilómetros con final en Yanbu para que los pinchazos casi arruinen el fabuloso Dakar de la pareja española de Audi.
Porque tres pinchazos antes del kilómetro 248 dejaban a Sainz al borde del abismo. Estaba sin rueda y eso significa que, sin la ayuda de sus compañeros, el Dakar se habría acabado en ese punto. Pero… para eso estaba el equipo. En la previa habíamos anunciado que los escuderos podrían ser la clave en este final de carrera y hoy hemos tenido la primera prueba.
Una etapa de infarto
La jornada ha sido tensa… desde antes incluso de arrancar la especial. Porque, primero, Sébastien Loeb se paraba antes de llegar a la salida para hacer un chequeo -aparentemente en su motor- que hizo saltar todas las alarmas. Sin embargo, el galo llegó a tiempo para tomar la salida en su ‘slot’ (las 10:10 hora local). Y luego, ya en competición, no pareció acusarlo demasiado…
Después, un fallo en el iritrack, el sistema de posicionamiento del Audi #204 de Carlos Sainz, no mostraba su paso por la primera referencia, en torno al kilómetro 35. Susto en el cuerpo de los aficionados -esta vez los españoles- que seguían en directo la etapa… pero realmente una falsa alarma.
Eso era sólo el comienzo de lo que estaba por llegar. Sainz empezó fuerte, superando en dos minutos a Loeb al paso por los primeros 100 km. Pero con los dos primeros pinchazos, la etapa se empezó a decantar en favor del francés, que se plantó en el ecuador de la jornada con cinco minutos sobre Sainz.
Pero llegó el tercer pinchazo del líder, este en el kilómetro 248. Y ese ya era definitivo porque le dejaba sin ruedas con más de 100 kilómetros por delante. Afortunadamente, la ayuda estaba cerca.
Mattias Ekström, que volaba por detrás de Sainz, llegó a la posición del Matador y le dio dos ruedas sanas (el sueco había pinchado ya dos veces ahí, por lo que se quedó tirado esperando las del camión de asistencia). Aunque en esa maniobra se le fueron a los españoles diez minutos más. A poco más de 100 kilómetros del final se apretaba el Dakar… pero al menos, seguía vivo para Sainz y Cruz.
Loeb no se libró… y le falló el gato
Afortunadamente, Loeb también sufrió la dureza del terreno de la etapa de hoy, con dos pinchazos en su haber… agravado por un fallo en el gato hidraúlico que le complicó aún más la maniobra del cambio de ruedas.
«Ha sido un día duro. Tuvimos un problema con el gato y tuvimos que subir el coche a las piedras para cambiar los dos neumáticos que pinchamos detrás. Perdí 15 minutos con ello. Es un poco frustrante, claro, pero las etapas son duras y Carlos también ha perdido tiempo», resumía el galo en la meta.
13:22 de distancia de cara a mañana
La victoria de etapa se fue a manos del francés de Toyota, Guerlain Chicherit… pero eso es lo de menos. Lo importante es que Sainz y Cruz saldrán mañana con 13 minutos y 22 segundos de diferencia sobre Loeb.
Pero, como se ha visto hoy, tanto o más importante que eso es la posición de Stéphane Peterhansel, que saldrá tres posiciones por delante de Sainz, con lo que se parará nada más arrancar para cubrir de nuevo al español. Mañana, el riesgo de pinchazo es aún mayor así que el resultado final de la prueba es, aún, imprevisible.