Evo Morales vs. Luis Arce: 3 momentos que explican la profunda división del MAS, el partido que domina la política en Bolivia desde hace 17 años
Escrito por Boris Bueno Camacho el 27 de septiembre de 2023
Evo Morales profundizó la disputa por el poder con Luis Arce al confirmar su candidatura a presidente para las elecciones de 2025.
La división en el MAS entre Luis Arce y Evo Morales empezó a finales de 2021.
Desde hace meses, ha ido creciendo en Bolivia una pelea de poder entre el expresidente Evo Morales y su sucesor, Luis Arce, que podría terminar en una ruptura en las elecciones presidenciales de 2025.
“Me han convencido, voy a ser candidato, me han obligado, la gente quiere”, dijo el expresidente el domingo a pocos días del congreso del MAS del 3 de octubre, al que está previsto que solo asistan sus seguidores, muestra de la división al interior del partido.
Arce, quien aún no ha anunciado que buscará la reelección, esquiva de momento la confrontación directa.
De todos modos, participó este lunes de una reunión con el Pacto de Unidad, integrado por parte de las cinco organizaciones sociales que componen el MAS, que anticipó que desconocerá los resultados del próximo congreso que liderará Morales como presidente del partido.
Morales lideró el país durante casi 14 años hasta que en 2019 abandonó Bolivia tras unas elecciones que estuvieron marcadas por las acusaciones de fraude. El líder denunció un golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos y partió al exilio.
Tras un gobierno interino de 11 meses, Arce logró una decisiva victoria en las elecciones de octubre de 2020, dando así paso al regreso del expresidente. Pero el entusiasmo solo garantizó unos meses de calma. Fue a finales de 2021, que la división empezó a crecer como un muro entre los dos dirigentes del Movimiento al Socialismo.
1. La autonomía del presidente Arce
Tras las elecciones de 2020, en las que el MAS volvió al gobierno, Morales sintió que podía seguir incidiendo en su exministro. Pasaron solo algunos meses, hasta que empezaron a crecer las demandas de Morales para cambiar a algunos de los ministros.
En junio pasado, Arce reaccionó a la decisión de la Asamblea de sancionar por mayoría a Del Castillo por supuesto tráfico de vehículos robados en Chile para así obligarlo a dejar su cargo.
Arce sintió como una traición la coordinación de los diputados de Morales con la oposición. Por ese motivo, decidió mantener a Del Castillo en el cargo, lo que activó aún más la división al interior de MAS.
Del Castillo ha sido uno de los ministros que más oposición ha enfrentado de los evistas. El expresidente asegura que debe desplazar a Del Castillo “para bien del presidente”.
En una muestra de la disputa en el oficialismo, después de la sanción de la Asamblea contra el ministro, Arce volvió a tomar juramento a Del Castillo tras firmar dos decretos, uno que lo destituyó y otro que lo restituyó en el cargo, lo que algunos políticos tildaron de “inconstitucional”.
Pero esta no es la única renuncia que reclama Morales.
También pide la del vicepresidente David Choquehuanca, distanciado hace tiempo de Morales y que, según el expresidente, no está “en primera línea” para defender el gobierno de Arce.
2. La Asamblea partida
El presidente Arce no cuenta con un bloque mayoritario en el Congreso. A los roces entre los líderes, se le suma la ruptura entre los representantes de su bloque político.
El gobierno de Arce perdió la mayoría especial en la Asamblea que le permitía aprobar algunas leyes claves debido a la escisión del MAS entre evistas y arcistas.
El doctor en Ciencia Política Fernando Mayorga explica que la fractura del bloque oficialista provocó que los parlamentarios afines a Morales hayan avanzado en acuerdos con la oposición para bloquear decisiones del Ejecutivo o censurar a ministros, lo que desde hace meses incomoda a Arce.
“Esto implica un debilitamiento del decisionismo presidencial, lo cual puede tener consecuencias negativas para la gestión de Arce. Ese sería un efecto institucional negativo en esta disputa de facciones”, dice Mayorga.
Los diputados aliados a Morales, al igual que la oposición, decidieron que no aprobarían ningún proyecto mientras no se concreten las elecciones judiciales, que estaban previstas para este año, y no se avance en una ley para regular la censura de los ministros.
“La ruptura del bloque oficialista puede tener un efecto crítico. Puede llevarnos a un escenario de bloqueo institucional. Esto es cuando la Asamblea sistemáticamente bloquea u obstaculiza toda iniciativa del Ejecutivo”, explica José Luis Exeni, doctor en Ciencia Política.
3. La pelea de los campesinos
Las sillas volaron de un lado al otro en el estadio Héroes de Octubre de El Alto, en la madrugada del 19 de agosto entre los dos grupos que peleaban por quedarse con la dirección de la organización social más grande de Bolivia.
La constelación de sindicatos de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), que forma parte del MAS, había decidido reunirse para elegir a sus representantes.
Pero el encuentro terminó con más de 450 personas heridas, la intervención de la policía y un hecho nunca antes visto: la dirección sindical quedó dividida en dos facciones, una reconocida por Arce y otra por Morales.
“No podemos hablar en términos formales de ruptura, pero es claro que hay dos caminos y que cada uno va por su lado”, dice a BBC Mundo Exeni, para el que la división entre evistas y arcistas no es tanto por sus diferencias ideológicas ni programáticas sino por el liderazgo del partido.
Para Mayorga, el MAS no se puede entender ni en su origen ni en su despliegue como partido de gobierno sin el rol protagónico de las organizaciones campesinas agrupadas en el llamado Pacto de Unidad.
El sector renovador que encabeza Arce decidió en el encuentro de este lunes que no hará un congreso paralelo al del MAS, pero pondrá en duda la legitimidad de cualquier resultado en un “cabildo” abierto.
¿Qué puede pasar ahora?
El congreso del MAS de octubre, si bien no será decisivo, será importante para saber cómo se ordenará el partido de gobierno. Posiblemente sea el Tribunal Superior Electoral (TSE) quien termine por arbitrar acerca de la legitimidad de los resultados del encuentro del partido.
Este órgano, que tras una larga disputa judicial en 2017 permitió la cuarta postulación de Morales a la presidencia, deberá hacer un informe sobre el congreso del MAS y refrendar la elección de la nueva directiva del partido, en el caso de que el sector de Arce busque cuestionar los resultados.
“El TSE no deberá ceder a ninguna de las presiones, porque entrar a un escenario de crisis en la institución electoral sería crítico. La única resolución pacífica que tenemos son las elecciones“, dice Exeni, quien ha sido presidente del TSE.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional cumplirá, una vez más, un papel clave en destrabar los desacuerdos de la política. Este órgano podrá ser llamado a interpretar el texto de la Constitución que dice que los presidentes pueden ser reelegidos “por una sola vez de manera continua”.
Lo que no aclara si un exmandatario queda habilitado para ser nuevamente candidato después de un período de gobierno, por lo que el Tribunal Constitucional deberá pronunciarse sobre la validez de la aspiración electorales del expresidente.
Los dirigentes de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, una poderosa organización de productores cocaleros en donde nació como dirigente Morales, ya advirtieron al gobierno de Arce que tomarán acciones radicales en el caso de que Evo quede inhabilitado para competir en 2025.
En este momento, las distintas facciones del MAS pelean de manera adelantada por el control del partido más grande de Bolivia, lo que implica un riesgo para este espacio político.
(Fuente: BBC Mundo – El Deber)