“En respuesta a las constantes amenazas que representan la especulación, la sobredemanda y el contrabando, se trabaja bajo tres ejes principales: distribución diferenciada, operativos de interdicción y supervisión en surtidores”, refiere un reporte institucional.
Con esta estrategia se dirige mayores volúmenes de diésel o gasolina a surtidores con mayor demanda y reduce el envío a los que registren un menor consumo, evitando el desvío irregular y optimizando la logística de distribución.
La ANH desplegó funcionarios encargados de supervisar el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad en la venta de combustibles, además de garantizar que los sistemas de almacenamiento y distribución operen bajo normativa.
Este proceso incluye la verificación de la exactitud en las mediciones y la manipulación adecuada de los productos.