La feria del libro dará brillo al auge literario alteño

Desde este jueves, los alteños podrán visitar la Feria Internacional del Libro de El Alto en instalaciones de la Terminal Metropolitana. Allí podrán apreciar el inicio del auge literario de esta urbe, gracias a la emergencia de una generación de escritores, investigadores y novelistas que retratan a una ciudad más allá del concepto de la rebeldía o la identidad cultural.

 “El Alto todavía no ha llegado a los 40 años de vida y lo que está sucediendo es el surgimiento de un boom […] todo un proceso”, expresó Alexis Argüello Sandoval, director de la editorial Sobras Selectas.

Escritores e investigadores como Quya Reyna, Luis Raimundo Quispe y Fher Massi participarán con sus obras en la Feria Internacional de Libro. Ellos están entre los escritores que más comentarios despiertan por sus aportes. Argüello trabaja con dos de ellos y espera fichar a Massi.

Otros autores alteños como Luli Micelio, Oscar Coaquira Alí, Daniel Averanga, Jaqueline Calatayud, Mónica Jiménez y Elvira Zabala, presentarán sus obras y participarán en actividades como charlas y conversatorios.

Para algunos autores como Coaquira y Quispe, el evento representa un hito porque les permitirá impulsarse hacia nuevos niveles y presentarán nuevas ediciones de sus novelas.

En el caso de Coaquira, él autopublicará una versión especial y limitada de su novela Todos los Caminos y junto con la Editorial Nina Katari presentará un compendio de historias relacionadas con la urbe. Mientras, Quispe se hará presente con sus dos novelas: Ciudad Apacheta de la mano de la editorial Sobras Selectas y La Equis de forma autopublicada.

Para las editoriales como Sobras Selectas, el evento representa la oportunidad de consolidar la literatura de El Alto. Una literatura que contribuye a la construcción de la identidad del alteño y la editorial pretende liderar en este camino con el fin de influir en el pansamiento nacional.

UNA IDENTIDAD EN CONSTRUCCIÓN

En cuanto a la identidad, para Quya Reyna, autora de “Los hijos del Goni”, la identidad alteña aún está en construcción y lucha contra los estereotipos foráneos a la ciudad. Desde sus escritos se busca dejar de lado ideas como la del alteño rebelde o terrorista y presentar a una concepción más humana de los ciudadanos de esta urbe.

La Cámara Departamental del Libro de La Paz tiene el plan de impregnar a la feria con la identidad de El Alto, que es lo “aymara”. Y precisamente eso quiere transmitir en sus afiches del evento.

Ante esto, escritores como Daniel Averanga solo esperan que la feria no sea solo para proyectar una imagen idealizada y “bonita” de El Alto debido a que “la literatura (alteña) no es para nada bonita; es una literatura que muestra la realidad tal como es”.

Literatura contra los estigmas y estereotipos

La literatura alteña le hace frente a los estigmas y estereotipos foráneos del alteño. “Desde lo negativo, está el victimismo que caracteriza a algunos escritores que piensan en el concepto del buen salvaje, que acá no nos sacamos la mugre”, cuestiona Daniel Averanga.

Esa posición es compartida por otros autores como Quya Reyna, Oscar Coaquira Alí y Luis Raimundo Quispe Flores, quienes son partidarios de dejar de lado esta concepción errónea de El Alto e ir por una narrativa propia. Optar por historias comunes y propias de la sociedad alteña. “La narrativa que se busca construir se lo hace a partir de un escenario relacionado con El Alto”, explicó Reyna.

Por su parte, el historiador, ensayista y analista, Pedro Portugal, postula que la identidad alteña está ligada a lo aymara, a lo indígena, lo que no significa estar aferrado al pasado, sino que significa tomar a la tradición y usarla como un motor de cara a la modernidad.

¿Qué es la identidad alteña? Cada autor tiene su visión personal, para Coaquira es denotar el pasado indígena de su gente y recrearlo en la modernidad y verse a uno mismo como heredero de una rica cultura; para Quispe Flores es mostrar la realidad del alteño a raíz de las condiciones de la ciudad; y para Reyna es una idea que aún está en desarrollo.

“(El Alto) es un centro nuclear para nuestra forma de pensar y ser”, mencionó Coaquira.

Averanga propone superar el victimismo, porque eso contribuye a reforzar los estereotipos. Da un ejemplo con Liliana Colanzi y su cuento Atomito donde él menciona que sus personajes son como El Cantinflas, El Rigucho y La India María que representan la caricatura del aymara urbano. Critica que haya autores que usan a El Alto como un recurso exótico.

Reyna opina que el ciudadano alteño debe replantear su identidad y dejar las simbologías externas para avanzar en figuras culturales que lo representen. Por lo cual, ve en los escritos y las ramas culturales propias de El Alto un ventana para la reafirmación cultural.

Sin embargo, Averanga y Coaquira aún no ven un movimiento literario consolidado, sino que hay más autores sueltos que buscan visibilizar su trabajo. Para ambos, se requiere un largo camino para culminar en un movimiento literario propio de El Alto. “Hay mucha gente que es de las letras que nunca me va a leer porque soy alteño […] van a pensar que va estar ‘El Rigucho’ y la ‘Rosita’ en mi narrativa”, señala Averanga.

Incluso, Coaquira siente que, para avanzar, el alteño debe interiorizarse con sus obras.

Ante este panorama, Reyna se pregunta si es que las ramas artísticas tienen o tendrán transcendencia en la sociedad de El Alto, ya que ella establece que si bien sus escritos han sido muy vendidos, muchos de quienes la leen no pertenecen a El Alto.