La fiesta de Oruro fue declarada como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” por la Unesco en 2001.
El Carnaval de Oruro es una festividad religiosa, folklórica y cultural de Bolivia. Es la máxima representación de los carnavales en el país por las danzas, la música, la leyenda, la historia y las costumbres.
De este modo, los urus debían adorar solo a Pachakamaj, representado por el Inti.
A partir de la llegada de los españoles, se produjo una “transculturización” con Huari, reflejado en el personaje de “el Tío”, que quedó como el “diablo” o la deidad que se refugia en las profundidades, en las minas.
“El dios que se refugia en las profundidades es el Tío, por eso se le pide permiso para sacar el mineral”, explicó.
A su vez, afirmó que la representación de la Virgen la trajeron los padres agustinos para sacar del “oscurantismo” a las comunidades locales.
“Cuando llegan los españoles se introduce el elemento cristiano en las tradiciones. Se entiende que la hermosa mujer que libró el pueblo uro de las plagas era la virgen María”, explicó.
En cuanto al periodo poscolonial o republicano, el historiador contó que, en el siglo XIX, los pobladores de Challacollo, quienes originalmente organizaban la entrada, se quedaron en la ciudad y se dedicaron a las actividades artesanales y, posteriormente, se apoderaron de la ciudad para llevar adelante la entrada para llegar al santuario de la Virgen del Socavón.
A mediados del siglo XX, la clase “aburguesada” y de clase media se introdujo en los gremios y empezaron a formar parte de la entrada folklórica.
“(La fiesta) se urbaniza y se apodera de todo el contexto social de la ciudad de Oruro y la entrada del sábado cambia para siempre”, expresó.
El Carnaval de Oruro también se alimenta de leyendas urbanas, como la del Chiru Chiru, aquel ladronzuelo que robaba para dar a los pobres, o el Nina Nina.
Un día, Chiru Chiru fue malherido y días después apareció muerto en su guarida del cerro Pie de Gallo. Yacía allí en medio de cirios y la imagen grabada de la Virgen del Socavón.
Nina Nina era Anselmo Belarmino, que un día se llevó a Lorenza Choquiamo, la hija de un tendero de Conchupata, en la antigua Villa San Felipe de Austria, que se llamaba Sebastián. Éste no perdonó el atrevimiento del joven y mandó a golpearlo; malherido fue auxiliado en un sanatorio. En la extremaunción, confesó una “bella mujer” lo salvó; era la misma Virgen del Socavón.
Desde su origen hasta la fecha se registraron 18 especialidades de danzas, con la participación de 52 conjuntos y fraternidades. La entrada del Sábado de Peregrinación se celebrará desde las 07.00 de este 10 de febrero.
La ruta fue ampliada; comenzará en el barrio Jardin, en cercanías de la plazuela Alberto Guerra. Serán más de cuatro kilómetros de recorrido hasta llegar al Santuario del Socavón.
(Fuente: La Razón)