Nasser Al-Attiyah no estaba ayer de humor para muchas entrevistas. Su Dakar se acabó en el Empty Quarter, precisamente el lugar más propicio para su coche y su pilotaje. Y, por si fuera poco, ayer, en un día propicio para lograr un triunfo que le permitiera sumar puntos para el Mundial (se reparten a diario en los mejores de la etapa), el motor de su Hunter le dejó literalmente tirado camino de Ha’il.
El quíntuple campeón del Dakar tuvo que salir de la especial y llegar por carretera a la ciudad datilera del norte de Arabia. Tras ser reparado, hoy ha vuelto a salir a carrera para intentar ganar alguna etapa y/o ayudar a Loeb…
Allí explicó lo sucedido en la etapa: «Hemos tenido un problema con el motor. De repente se ha parado, ha hecho un ruido enorme y nos hemos detenido inmediatamente». La explosión del propulsor (de origen Ford) es la gota que ha colmado el vaso del catarí, que ha padecido de pinchazos, problemas en las suspensiones y ahora el propulsor. Un coche, por cierto, con el que tendrá que luchar durante todo 2024 por el título mundial de rally raid.
Enfado brutal
«Desde el principio del rally hemos tenido problemas, cada día. Voy a tener una reunión con el equipo porque no entiendo lo que está pasando«, decía con cierto toque de indignación. Para, a continuación, lanzar un dardo a su nuevo equipo: «Soy piloto oficial, el campeón de las dos últimas ediciones y me pasan cosas que no sé por qué suceden. Todos los problemas los tengo yo«, se lamentaba.
Dejó Toyota
Al-Attiyah, que dejó Toyota en diciembre para ser piloto oficial de Dacia (marca que ‘heredará’ el Prodrive Hunter como punto de partida para su prototipo) junto a Loeb y Cristina Gutiérrez en 2024, tiene claro cuál es su favorito en el duelo por el triunfo final: «Siento mucho que Seb haya perdido tiempo. Si puede imponer su ritmo cada día sin problemas creo que puede ganar. Quiero que gane porque se merece probar el sabor de la victoria después de tantos segundos puestos».
(Fuente: marca.com)