El extenso mapa del terror en Brasil: de Osama bin Laden a Hamas
Escrito por Boris Bueno Camacho el 19 de octubre de 2023
El gigante sudamericano es un país en riesgo de sufrir atentados de células durmientes o de lobos solitarios, pero también surge como posible plataforma logística para ataques en otras naciones
El 11 de octubre la comandante del Comando Sur, Laura Richardson, emitió una alerta sobre las “intenciones malignas” de Hezbollah e Irán también en Brasil y la posibilidad de atentados. Brasil es un país en riesgo en estos momentos por atentados tanto de células durmientes como de lobos solitarios, pero también lo es como posible plataforma logística para atentados en otros países de América Latina y/o Estados Unidos y para la financiación del terrorismo.
El mapa del terror en Brasil es extenso y lamentablemente tiene importantes precedentes. El cerebro de los atentados de las Torres Gemelas Khalid Sheikh Mohammed y el propio Osama Bin Laden vinieron a Brasil antes de los atentados, a la Triple Frontera. El país también fue utilizado por Irán y su proxy Hezbollah para preparar los dos trágicos atentados de Buenos Aires en 1992 contra la embajada de Israel y en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en los que murieron 107 personas y cientos resultaron heridas.
El fenómeno, además de ser execrable en sí mismo, corre el riesgo de convertirse en un terreno peligroso que puede encender acciones terroristas, como ya está ocurriendo en Europa. El hecho de que incluso una profesora universitaria retuiteara un post que ensalzaba la destrucción del estado de Israel, con “Allah Akbar” como conclusión, causó revuelo en el país. La profesora había sido miembro del equipo de transición del gobierno de Lula en el Ministerio de Derechos Humanos y, paradójicamente, una de las autoras de un informe contra la incitación al odio y el extremismo en Brasil.
Y mientras en los últimos días el principal partido de gobierno de Lula, el Partido de los Trabajadores (PT), ha atacado duramente a Israel y a sus representantes diplomáticos en Brasil, llegando a decir que “Israel no tiene moral para hablar de derechos humanos”, en la red, lo que indica la tensión del momento, ha vuelto a circular una vieja entrevista del presidente brasileño con Playboy que data de julio 1979. En aquella época, Lula era el líder sindical más famoso de Brasil. A la pregunta: “¿Hay algún personaje famoso que le haya inspirado, alguien de hoy o del pasado?” Lula responde: “Por ejemplo. Hitler, aunque se equivocara, tenía lo que admiro en un hombre: el fuego de proponerse hacer algo e intentar hacerlo. Admiro su voluntad, su fuerza, su dedicación” para después añadir que “esto es distinto de admirar sus ideas, su ideología”.
Otra vulnerabilidad que podría encender el fuego del terrorismo, incluso por parte de individuos aislados, es la doble narrativa de las autoridades palestinas. Mientras Abu Mazen ha dicho al mundo que Hamas no representa al pueblo palestino, las declaraciones en Brasil tienen un tono diferente. Por ejemplo, Abdel Abu Hwas, miembro del Consejo Nacional Palestino de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que vive desde hace años en el país sudamericano, declaró hace dos días en el programa de radio “Detrás de las bambalinas del poder”, conducido por el periodista Guilherme Macalossi en Radio Bandeirantes Porto Alegre, que “lo que está haciendo Hamas cuenta con la plena aprobación del pueblo palestino, es una organización que lucha por su libertad, por liberar su patria, en legítima defensa de su pueblo”. Macalossi interrumpió inmediatamente la entrevista.
Además, el 11 de septiembre, el vicepresidente Geraldo Alckmin en funciones de presidente de la república promulgó un acuerdo de “cooperación técnica” con Palestina. Lo sorprendente es que el acuerdo data de 2010, cuando fue firmado por el propio Lula, en su segundo mandato, durante su visita a Ramala. Después de 13 años, ni siquiera un mes antes del ataque de Hamas contra Israel, Brasil decidió promulgarlo. Ni los sectores que participarán ni los detalles de los proyectos figuran en el texto. Algunos puntos podrían ser aprovechados por los terroristas para el movimiento tanto de fondos como de personas, ya que el acuerdo prevé un generico intercambio, sin especificaciones. Hamas podría utilizarlo como estratagema para hacer huir a sus miembros a otros países de América Latina. Además, el punto 4 del artículo III establece que “Las Partes (…) podrán solicitar financiación a organizaciones internacionales, fondos, programas internacionales y regionales y otros donantes”, sin especificar detalles sobre los criterios para identificar a los donantes y controlar el origen del dinero.
También es importante mencionar que existen en Brasil organizaciones palestinas designadas terroristas por Israel como Samidoun, red de apoyo a Hamas y la Yihad Islámica. En febrero de 2021, el Ministerio de Defensa israelí designó a Samidoun como organización terrorista y “filial del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP)”, que a su vez ha sido designada organización terrorista por Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y la Unión Europea. Según el ministerio israelí, Samidoun fue fundada por “miembros del FPLP en 2012″ y “Jaled Barakat, identificado por el FPLP como coordinador de Samidoun, está implicado en la creación de células militantes y en la promoción de actividades terroristas en Judea y Samaria y en el extranjero”.
Además está presente en Brasil “Masar Badil”, también conocido como Movimiento de la Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina. Esta organización apoya, entre otras cosas, la disolución de Israel y su expulsión de las Naciones Unidas. Según el periódico Jerusalem Post, “Masar Badil está dirigido por Khaled Barakat, que según Israel es un dirigente de la organización terrorista FPLP”. En Brasil, el pasado mes de abril, Masar Badil se jactó en su página web de haber “cancelado la Feria de Universidades Israelíes” organizada en la universidad Unicamp de Campinas, en el estado de San Pablo. “Fue un importante logro en Brasil en términos de boicot popular”, reza el texto publicado en la web oficial de Masar Badil en portugués.
Entre los peligros enunciados por la comandante del Comando Sur, Laura Richardson, se menciona explícitamente el nombre de Hezbollah e Irán. De hecho, células de Hezbollah podrían activarse en Brasil gracias también a la red iraní, como ya ocurrió con los atentados en Argentina. Además, algunos terroristas implicados en los atentados viven o mantienen negocios en Brasil. Farouk Abdul Hay Omairi, sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos e incluido en junio pasado por las autoridades argentinas en la lista enviada a Interpol de la red que posibilitó los atentados a la AMIA, aún vive en Brasil. Tras ser detenido por narcotráfico, Omairi está libre y vive en Foz de Iguacu. En Brasil siguen activas las empresas de otro miembro de Hezbollah que figura en la lista de las autoridades argentinas sobre la AMIA, Salman Raouf Salman. Otro miembro de la lista es Hussein Mounir Mouzannar, que desde el estado brasileño de Santa Catarina se ha trasladado ahora cerca de la Triple Frontera, a Mingua Guazú en Paraguay.
En cuanto a Irán, además de la presencia desde hace años en San Pablo de Taleb Hussein al-Khazraji, que según el fiscal argentino asesinado Alberto Nisman es un importante agente vinculado a altos cargos iraníes, como Ali Akbar Velayti, implicado en el atentado contra la AMIA, ha creado polémica la llamada del martes de Lula al presidente iraní Ebrahim Raisi. Según el título del comunicado oficial de Planalto, Lula habló con Raisi “sobre la liberación de los rehenes de Gaza”. Sin embargo, en el texto no se menciona a los rehenes israelíes. Los rehenes mencionados en el comunicado son una veintena de palestinos también con ciudadanía brasileña, a los que Lula no consigue sacar de la Franja de Gaza. Algunos de ellos, según la prensa brasileña, incluso han renunciado a volver al país sudamericano porque dicen que no tendrían suficiente para vivir en Brasil.
Las excelentes relaciones de Irán con el gobierno brasileño han permitido a Teherán no sólo estacionar sus dos buques militares más importantes el pasado mes de marzo en el puerto de Río de Janeiro, a pesar de las protestas internacionales, sino seguir exportando su revolución islámica. Brasil tampoco ha rehuido la influencia de la Universidad Internacional Al Mustafa, que según Emanuele Ottolenghi, Senior Fellow de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), “es el centro de operaciones del régimen”. Desde Teherán, las operaciones latinoamericanas de Al Mustafa Internacional están dirigidas por Moshen Rabbani, implicado en los atentados de Argentina y que figura en la lista roja de personas buscadas de Interpol. Según Ottolenghi, “Al Mustafa recluta, adoctrina y radicaliza a sus estudiantes”, que luego son “colocados en sus países de origen para dirigir centros y mezquitas patrocinados por Irán. Muchos de los alumnos convertidos del cristianismo son activistas políticos de extrema izquierda, o incluso de movimientos neonazis”.
(Fuente: infobae)