“Informamos al pueblo boliviano, que la noche de este sábado llegaron al Trópico de Cochabamba 10 oficiales de élite de la Policía, expertos en sabotaje, montaje e intervención que se quedarán hasta el día viernes; información brindada por hermanos policías patriotas”, trinó este primer día de octubre en su cuenta @evoespueblo.
Sin embargo, como sucedió a lo largo de septiembre, no acompañó ninguna prueba de sus afirmaciones. La realización del congreso del MAS, que empieza el martes 3, fue la excusa perfecta para denunciar supuestas intenciones del Gobierno de sabotear ese evento.
El 6 de septiembre lanzó su primera acusación del mes y dijo que se habían instalado en el trópico de Cochabamba agentes de civil y uniformados “para perseguirnos y espiarnos, como en tiempos neoliberales. Seguramente tratan de amedrentar o provocar”, escribió en su cuenta personal, jamás mostró ni siquiera una fotografía de los supuestos espías.
El 8 de septiembre, también denunció que el Gobierno ejecutaba un plan utilizando la justicia como arma política, e identificó juicios para encarcelarlo y supuestas maniobras para prorrogar a los magistrados del TCP, como “pago” por esa inhabilitación.
El 10 de septiembre, lanzó tres denuncias: en cuanto a la primera, dijo que el Gobierno acarrea funcionarios públicos a los actos donde está el Presidente, Luis Arce, entregando obras; también señaló que el canal estatal corta las transmisiones cuando hablan dirigentes que son contrarios al Gobierno.
“Las maniobras políticas para atrasar o hacer fracasar la ley de convocatoria, obedecen al cálculo político de los que ofrecieron a algunos magistrados prorrogarse a cambio de inhabilitar a Evo. Estamos informados”, fue una segunda publicación de ese día.
En la tercera denuncia dijo que no les permitían reunirse y que la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) les negó el flete de aviones para trasladar militantes a las concentraciones del MAS. “Por ‘órdenes de arriba’, impiden a nuestros hermanos pagar con sus aportes solidarios algunos vuelos de la FAB”, escribió.
El 11 de septiembre, denunció que personal de Impuestos Internos perseguía a los organizadores de la Copa Evo, pese a que el evento era un espectáculo sin fines de lucro.
El 12 de septiembre, escribió un plan de estigmatización del trópico de Cochabamba, tal como sucediera con la DEA estadounidense en los años 80, y dijo que era la excusa para justificar la represión y la persecución en contra los cocaleros de Cochabamba.
“Nuestras bases han identificado a los que usan el prebendalismo y la traición para tratar de dividirnos. Como en tiempos neoliberales, usan pegas y prebendas para dividir a las organizaciones y a la bancada”, denunció el 17 de septiembre.
Tres días después, el 20 de septiembre, volvió a la carga: “Lamentamos y rechazamos la tergiversación de algunas empresas de comunicación oficialistas que mienten al pueblo para tratar de sabotear el Congreso Ordinario del MAS-IPSP en Lauca Ñ. Cuando unos cuantos sectores sociales con problemas internos invitan a la dirigencia nacional del Instrumento Político del Pueblo, estos medios desinforman y hablan falsamente de una ‘convocatoria’. El oportunismo usa la desinformación para provocar división”
El 24 de septiembre se estrelló contra los ministerios de la Presidencia y de Gobierno, desde donde, supuestamente, le informan los propios funcionarios que son afines a su línea ideológica.
“Quiero que sepa el pueblo boliviano. El plan que tienen, si no van a poder parar el Congreso Ordinario de Lauca Ñ e inhabilitarnos, van a usar a una mujer para atacarnos, tal como hizo la derecha”, escribió en una de sus publicaciones.
También acusó a los ministerio de Obras Públicas y Gobierno de un supuesto acarreo de estudiantes a una actividad política y la supuesta contratación de buses para transportarlos, acción por la cual el director departamental de Educación en Santa Cruz fue suspendido.
“Lamentamos que los medios de comunicación que tienen contratos de publicidad con el gobierno fueron instruidos desde el Ministerio de la Presidencia para desinformar al pueblo y calificar nuestra postulación como ‘autoproclamación’”, publicó, en una nueva acusación, el 25 de septiembre.
El 29 de septiembre denunció una supuesta manipulación ante el TCP de parte del Gobierno para suspender el congreso y llamó a dos organizaciones internacionales, que él defenestró: NNUU y CIDH, a realizar una intervención y seguimiento de su denuncia.
El ‘rosario’ de denuncias que lanzó el expresidente y jefe del MAS no estuvo acompañó con pruebas. Por otro lado, acusó a los medios de comunicación de recibir dinero del Gobierno para minimizar estas sindicaciones ante la opinión pública.
