Del inminente quiebre del MAS a la “desconexión” tarijeña
Escrito por Boris Bueno Camacho el 24 de septiembre de 2023
Pocos apostaron a que duraría tanto la hegemonía del MAS teniendo que conciliar tantos intereses sectoriales, pero finalmente ha llegado ese momento de turbulencia en el que las bases tendrán que elegir
Semana política compleja en las internas donde lo que era un imposible hace unos seis meses empieza a tomar forma definitiva: El Movimiento Al Socialismo (MAS) puede partirse. En paralelo, los líderes de oposición aprovechan la efeméride cruceña para hacer su propia “Fexpo”: el tiempo apremia. Por partes.
MAS o menos
Evo Morales tiene amarrado el poder orgánico del Movimiento Al Socialismo (MAS) porque ostenta su presidencia, porque el Estatuto le confiere poderes para convocar el Congreso y porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le ha reconocido la legalidad al convocado en Lauca Ñ, corazón del trópico cochabambino, y no al que el ala arcista ha convocado en El Alto, pero el asunto no es tan simple: El goteo de entidades y organizaciones poderosas desmarcándose de la convocatoria pueden convertir el Congreso Nacional en una reunión de cocaleros y eso acabaría por evidenciar la fragilidad orgánica de Evo Morales, por mucho apoyo (o poco) que tenga en las bases.
En ese pulso, el ala arcista está presionando para que las principales organizaciones no asistan mientras que el ala evista constituye a toda velocidad organizaciones paralelas que reclamen legitimidad, una de las especialidades del exministro Juan Ramón Quintana, que sigue formando parte del núcleo duro de Evo Morales y que ha bajado el perfil en estas últimas semanas.
En 2005, tras la primera y arrolladora victoria de Morales, pero, sobre todo, tras el estrepitoso batacazo de la vieja política, tanto analistas como protagonistas convinieron que la nueva fuerza solo perdería el poder rompiéndose desde dentro y la gestión haría lo suyo en eso. Es verdad que pocos esperaban un periodo tan longevo ni tanta habilidad para conciliar los intereses de decenas de organizaciones con alma sindical, sin embargo, el momento parece haber llegado, y juega a favor de Arce: Quedan dos años de gestión, la crisis económica generalizada permite pocas alegrías, pero hace mucho frío ahí fuera y sobre todo, no se trata de la candidatura, sino de ganar la presidencia, y en esas, las posibilidades de Evo Morales son reducidas.
Las reglas de la oposición
Por primera vez desde 2005 la oposición tenía opciones reales de ganar al partido más grande de la historia de Bolivia, pero se batió récord de candidatos: Carlos Mesa, que era favorito según las encuestas, armó su propia alianza; Demócratas y Unidad Nacional, los dos únicos partidos mínimamente establecidos en el país, armaron su propia alianza – Bolivia Dijo No – que se quebró en solo dos semanas cuando los de Costas dejaron fuera del binomio a Samuel Doria Medina; el PDC inició la carrera con Jaime Paz Zamora y la acabó con un boliviano coreano de discurso ultraliberal – que ya estaba de moda – y se colocó tercero y Félix Patzi con su Tercer Sistema; y además concurrieron Pan – BOL; el MNR en solitario con Virginio Lema; Víctor Hugo Cárdenas con UCS y el Frente Para la Victoria (FPV). Ninguno de estos últimos pasó del 1%. El resultado es conocido: Medio punto más que hubiera sumado Mesa se hubiera ahorrado toda la tensión en el país acudiendo a una segunda vuelta de definición.
Todo apunta a que las de 2025, para las que queda un mundo, podría llegar a pasar algo parecido, pues en la oposición son poco de hablar los unos con los otros. A los clásicos – Samuel Doria Medina y Carlos Mesa – y ante la incertidumbre de última hora que siempre acompaña a Tuto Quiroga, por el momento se han presentado opciones como la de Carlos Borth denominada “Albus”; el Búnker 21F de Agustín Zambrana y Virginio Lema que sostiene un proceso de integración; Rubén Costas ha ofrecido su sigla de Demócratas para buscar alguna otra alianza y el último ha sido Vicente Cuéllar, rector de la UGRM, que también ha señalado que tiene proyecto e intención…
Tarija sin potencial figura nacional
Nunca la representación de Tarija en La Paz había sido tan escasa. Si en el pasado el departamento logró articular bancadas con capacidad de negociación directa y que introdujeron cambios relevantes, en la actualidad solo la diputada suplente Luciana Campero ejerce una actividad más sentida junto a la más discreta Mariela Baldivieso.
La falta de coordinación se debe, por un lado, a los conflictos internos del MAS, que ha dejado en indefinición a sus parlamentarios, pero también al quiebre entre autoridades. En La Paz está Rodrigo Paz y Edwin Rosas, que candidatearon por Carlos Mesa y no tienen base real en Tarija, mientras que en la Gobernación está su archienemigo Oscar Montes, que no tiene representante en La Paz. Tampoco el alcalde Johnny Torres.
(Fuente: El País)