Tres días después del terremoto en Marruecos, una carrera contrarreloj para encontrar supervivientes
Escrito por Boris Bueno Camacho el 12 de septiembre de 2023
En Marruecos, a pesar del dolor y la tristeza, la gente se moviliza para ayudar a los afectados por el terremoto. En la ruta que da acceso a las montañas del Alto Atlas, los ciudadanos no han dudado ni un segundo en acudir a apoyar a las víctimas del seísmo.
“Es desgarrador”
Junto a Siam, Ouda, estudiante en Marrakech, está conmocionada por la magnitud de los daños. “No queda nada. No hay más que escombros y tejados derrumbados. Sólo hay una carretera y la montaña. Es desgarrador”, confiesa.
Marcadas en el corazón, las comunidades del Atlas, arraigadas en las montañas, tienen una inmensa fuerza de resistencia, afirma Ouda. “Estábamos con niños que sonreían y cantaban con nosotros, y al final nos contaron que habían perdido a siete hermanos. Si hubiera sido mi caso, no habría estado allí riéndome. La vida tiene que seguir para ellos, así que tenemos que ayudar a toda esta gente que ya no tiene nada que comer ni beber”, dice la joven.
“Que haya supervivientes todavía es posible”
Ultrasonidos, perros, drones: los equipos de rescate internacionales llegaron a las montañas marroquíes totalmente equipados. Y nada más llegar, los equipos se pusieron inmediatamente manos a la obra.
Reunidos a la entrada de Amizmiz, británicos, qataríes, emiratíes y españoles se lanzaron de inmediato a la búsqueda de supervivientes. “Que haya supervivientes todavía es posible en esta fase. Tenemos esperanzas. No buscamos cadáveres, sólo víctimas vivas”, explica Roz Gourdon, jefe del equipo de rescate británico.
Mohamed, un residente local, ve pasar a los equipos y agradece sus esfuerzos. “Les damos las gracias. Que Dios les bendiga. Tienen equipos y nos están ayudando. Nosotros también les ayudaremos algún día si lo necesitan”, dice.
“Se puede contar con los marroquíes en tiempos de crisis”
Marrakech no es una excepción, con buena parte de sus residentes movilizados. A un centenar de metros del edificio de las emergencias, una cincuentena de voluntarios se afana en su trabajo, explica nuestra enviada especial. Un auto se detiene y los hombres descargan paquetes de agua, cajas de fruta y cajas de pan, que entregan a las mujeres. Nadia, veinteañera, ha venido a echar una mano: “Estamos aquí para ayudar a preparar bolsas con productos de primera necesidad. Hay fruta, pan, huevos cocidos, leche… Es importante”, cuenta.
“Gracias a Dios, los marroquíes son muy generosos. Todo el mundo da lo que puede. Desde ayer no hemos parado. La gente nos trae comida, algunos preparan bocadillos, otros llenan bolsas. Mire todas esas mantas. Y luego estamos intentando encontrar vehículos para llevar todo esto a los pueblos y ayudarles a sobrevivir en estos tiempos difíciles. Gracias a Dios, se puede contar con los marroquíes en tiempos de crisis”, dice. En cuanto las bolsas están llenas, las suben a un taxi grande. El propietario ha ofrecido sus servicios gratuitamente.
También en Tánger, las asociaciones y el público en general se movilizan para ayudar a las víctimas. Los primeros remolques cargados de alimentos y material han partido hacia los pueblos de montaña más afectados
(Fuente: rfi.fr)