Lo que parece una mala noticia para el país con la caída de la producción y las exportaciones de gas natural, puede convertirse en una gran oportunidad para que otro sector, con igual o más potencial, pueda convertirse en puntal del desarrollo económico y social de Bolivia.

¿Será hora de la agroiondustria? Los máximos representantes del sector piden una oportunidad para demostrar que pueden ser el sustituto del gas natural y con ese fin se acercaron al Gobierno para pedir que se les permita el uso de semillas mejoradas o biotecnología y ese plan este en marcha.

El impacto a corto y mediano plazo será el aumento en las exportaciones entre $us 1.000 y $us 3.000 millones al año, y un aporte adicional al crecimiento del PIB mayor al 2%. Para graficar estas metas, el año 2022 las exportaciones del país batieron récord con $us 13.200 millones, con el uso de semillas mejoradas en el agro esa cifra pudo pasar de los $us 15.200 millones de dólares, explicó a La Razón el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) José Luis Farah. Lo mismo, el año 2022, el crecimiento del PIB fue de 3,48%, con el aporte de un agro con biotecnología pudo haber sido de 5,48%, añadió.

biodiésel
Santa Cruz es el mayor productor de soya. Foto: Archivo

Hace un par de semanas, los principales representantes del agro cruceño se reunieron con el presidente Luis Arce para hablar sobre el uso ya necesario de la biotecnología en la producción agrícola. Arce se mostró predispuesto, pero pidió que esta tecnología se desarrolle en el país.

Entre los principales puntos de estas propuestas, destaca el pedido de los productores de avanzar en paralelo tanto en la búsqueda de una propia biotecnología o semillas mejoradas, como en el uso de las que ya se encuentran disponibles en otros países, explicó el gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) Jaime Hernández.

Los productores explican que con las semillas mejoradas se puede consolidar la producción, multiplicar el rendimiento de los cultivos por hectáreas y garantizar la seguridad alimentaria en el país, en tiempos en que la mayoría de las naciones del mundo comienza a sentir la falta de alimentos.

 

Por su parte, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, recordó que los productos cosechados con el apoyo de la biotecnología son tan sanos como los naturales, que no son un peligro para la salud, y esto ya quedó demostrado. Además, son amigables con la naturaleza, porque en su producción demandan menos diésel, menos agua, y menos químicos.

Después de un año de récord en 2022, las exportaciones del país, hoy en día, no pasan por un buen momento. Al mes de junio la balanza comercial sufre un déficit de $us 78 millones y de los 20 principales productos de exportación, 17 cayeron tanto en precio como en volumen. En general, la caída de las exportaciones a junio de este año es de 25% en valor y 20% en volumen. Esto representa $us 1.800 millones menos para el país. Solo la carne de res, textiles y chía presentaron leves mejoras.

La economía del país tenía en el gas natural su principal sustento, pero ahora la producción y la exportación de este recurso natural disminuyeron notablemente y hay menos ingresos para las arcas nacionales y las regiones. De hecho, las gobernaciones recibirán Bs 300 millones menos. La nueva esperanza está en las exportaciones de litio que, sin embargo, todavía tardarán un poco más.

Farah esta seguro de que la agroindustria será, en el futuro, el sustituto del gas y puede ser el complemento del litio.

Sin lugar a dudas, la agricultura juega un papel importante en el desarrollo económico y social de los países andinos por su importancia socioeconómica, en la seguridad alimentaria y por su potencial para contribuir a un crecimiento más inclusivo y sostenible, dice la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en un artículo de su libro “Apostar por la agricultura”.

Una actividad milenaria que ha moldeado la forma de vida de las comunidades andinas y sigue formando su destino, añade.

El sector ha mostrado su resiliencia y su potencial para contribuir a la economía, a pesar de choques como el de la pandemia COVID-19, actualmente este sector abre un abanico de oportunidades para la diversificación productiva, inclusión social y las metas climáticas suscritas.

“Para materializar estos beneficios se requiere abordar desafíos estructurales de larga data relacionados con la reducida productividad del sector, cuellos de botella como la limitada infraestructura multimodal de apoyo, aspectos de corte institucional, ajustar las prioridades y plazos de acción ante la amenaza del cambio climático, e impulsar la equidad de género y empoderamiento de las mujeres en la agricultura”, señala.

 

Este texto propone aumentar la inclusión de las mujeres agricultoras y contribuir a su empoderamiento y desarrollo; mitigar el impacto del cambio climático en la agricultura, incluyendo cultivos esenciales; catapultar la diversificación productiva y el posicionamiento de la oferta agrícola andina en mercados nicho y de alto valor agregado, incluyendo super alimentos, el sector forestal y Agtechs. Además, propone conectar al sector agrícola con nuevas oportunidades económicas como uno de los grandes objetivos en materia de políticas públicas de los países de la región.

“En este sentido, existe una oportunidad en los países andinos para lograr desarrollar cadenas de valor brindando múltiples ventajas que van desde la mejora de la productividad del sector, la creación de empleo, el impulso al sector exportador y su impacto en la balanza de pagos, hasta la generación de prosperidad, bienestar y calidad de vida para la población”, señala. “Apostar por la agricultura es una estrategia donde todas las partes ganan. Es momento de tomar acción”, afirma.

Agtech, del agro mecanizado al agro digitalizado

Del agro mecanizado, al agro digitalizado. La producción agrícola vive una nueva revolución esta vez de la mano de las Agtech, que es la tecnología digital más nueva aplicada a la producción agrícola.

“¿Habías imaginado alguna vez hablar de Big data en un cultivo? Así es, no importa si eres productor agrícola, profesional del campo, inversionista, agroindustrial o proveedor de insumos o servicios, la agrotecnología te involucra”, señala un artículo de AgroSpray. La palabra Agtech designa al conjunto de tecnologías modernas que son utilizadas en la agricultura y ganadería para mejorar tres áreas fundamentales: Productividad, eficiencia y rentabilidad.

 

“En este orden de ideas, debemos mencionar entonces que las Agtech utilizan poderosas herramientas como biotecnología, blockchaim e inteligencia artificial para procesar datos provenientes de diversas fuentes como el lote, cultivo, componente genético, transacciones y clima”, señala el artículo.

Se trata de la convergencia de diferentes equipos y tecnologías digitales para el progreso y sustentabilidad del agro.

En Bolivia, al igual que la biotecnología, las Agtech todavía están en sus primeros pasos.

Congreso de soya destaca aporte de la biotecnología

El V Congreso Internacional de la Soya, realizo en Santa Cruz, ratificó el valor de la biotecnología como elemento central para mejorar la productividad en equilibrio con la naturaleza.

En el evento, Anapo expuso la generación de mayores conocimientos entre todos los actores de la cadena productiva de la soya. Además, motivó el trabajo con enfoque hacia una producción sostenible.

«Debemos seguir impulsando la aprobación de nuevos eventos tecnológicos. En este Congreso, hemos visto que la soya es una parte esencial de la cadena productiva de Bolivia y que la biotecnología puede convertirse en un pilar fundamental para mejorar la productividad, reducir los efectos del cambio climático y generar excedentes que aumenten los volúmenes de exportación», dijo Richard Paz, vicepresidente de Anapo, durante el cierre del V Congreso de la Soya.

En el evento, 13 expertos de Estados Unidos, Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia, disertaron los últimos avances en investigación sobre manejo de suelos, fertilización, siembra, cosecha, manejo integrado de plagas y tecnologías de optimización agrícola, entre otras.

 El pleno uso de la agrobiotecnología sería grandioso

Las bondades de la aplicación de la ciencia y la tecnología a la actividad agrícola se la debe apreciar desde tres ángulos: 1) Los alimentos a base de semillas genéticamente mejoradas son tan o más inocuos que los producidos convencionalmente, porque utilizan menos plaguicidas (venenos); 2) La producción con semillas genéticamente modificadas son más amigables con el medio ambiente, porque queman menos diésel, utilizan menos agua dulce y contaminan menos; y, 3) El uso de la biotecnología beneficia al agricultor, al permitir a las plantas desarrollar todo su potencial, por tanto, aumenta su rendimiento y baja el coste de producción, por tanto, se incrementa el ingreso de los productores. ¿Cuánto puede subir la producción agrícola con el pleno uso de la biotecnología? En el caso de la soya, el volumen podría incrementarse entre 30 a 50%; en el caso del maíz, hasta un 100%, al igual que en el caso del algodón. Ello dependerá de que al uso de semillas genéticamente mejoradas, se acompañe con buenas prácticas en el agro.

¿En cuánto puede apoyar a las exportaciones y el PIB? Voy a dar un solo ejemplo, el de la soya: según el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, la producción de soya en Bolivia fue de 3,5 millones de toneladas en 2022, habiéndose cultivado una superficie de casi 1,5 millones de hectáreas, descontando el consumo interno y sumando el stock del año precedente, se logró exportar 3,5 millones de toneladas en grano, torta, harina, lecitina y aceites crudos y refinados de soya por un valor de 2.220 millones de dólares. De haberse contado con eventos biotecnológicos adicionales para la soya (más allá de la soya RR actual), la exportación pudo haber subido 1.000 millones de dólares adicionales, sin incrementar un solo m2 de superficie del cultivo.

Para tener una idea de lo que podría ser el impacto del uso de la biotecnología en el país, solamente en la soya, hay que considerar que el Beni dispone de 4 millones de hectáreas al efecto (todo lo que se podría producir sería para la exportación, porque el país se abastece con el 20% de lo que ya produce Santa Cruz), de ahí que, sumado a la capacidad productiva de la región cruceña, a mediano plazo, podríamos estar hablando fácilmente de más de 10.000 millones de dólares al año, de manera sostenida y sostenible, todo lo cual implicaría un aporte directo al PIB.

(Fuente: La Razón)