“En la zona está Primeiro Comando da Capital (PCC), y muchos grupos independientes de pocas personas, pero el grupo más fuerte y que tiene presencia armada más pesada es el PCC”, dijo Joao Paulo Berté, delegado policial en Vila Bela, frontera Brasil-Bolivia.
“Hemos logrado identificar colombianos trabajando en las fronteras, son los mejores en la química de la coca. Los traficantes que son de Bolivia contrataron a esos colombianos. Han sido detectados en Vila Bela, haciendo compras, y tenemos información confirmada de que también fueron detectados en San Ignacio.
Explicó que es precisamente por esta falta de control del transporte que el PCC hace el “esfuerzo” de pasar las drogas por Paraguay, territorio que sí controla en esta etapa del negocio.
Para Berté, el narcotráfico se intensificó con toda certeza desde la pandemia, y auguró que en cinco años, la frontera de Bolivia y Brasil tendrá un “crecimiento en violencia” porque antes tenía como tres o cuatro familias disputando el negocio del transporte de la cocaína, pero hoy son como 15 clanes.
Puso de ejemplo el atentado a un abogado en Pontes e Lacerda, paralelamente al asesinato de su padre en San Ignacio de Velasco.
“Y el hermano del abogado fue muerto en septiembre del año pasado y eso es una operación del PCC, con una estructura organizada, suficiente para hacer un atentado múltiple. Están muy coordinados, es una acción clara de la PCC en nuestra región”, dijo.
Comunarios involucrados
Uno de los actores de operativos de Umopar explicó que los comunarios están involucrados en el narcotráfico por la zona del Parque Noel Kempff y TCO Bajo Paraguá, “sobre todo las comunidades Florida y Porvenir, porque tienen más vegetación para esconderse, a diferencia de Piso Firme”, dijo.
“En todos lados están los prestamistas, colombianos en moto, que son informantes, saben de los movimientos. Esto es una empresa organizada. Hay narcos con almacenes, compran tierras, tienen estancias por todos lados, alquilan maquinaria a otros agricultores, así legalizan la plata del narco. Hoy esos narcotraficantes son soyeros, ganaderos, y los más grandes son los brasileños”, apuntó.
Puestos de control
Descartó la presencia de carteles del narcotráfico en el país y de grupos armados, y dijo que los puestos son para sentar presencia y efectivizar la lucha contra el narcotráfico en el área protegida y en Bajo Paraguá. “Está demostrado que estos sectores, que son inaccesibles, son utilizados por organizaciones criminales”, indicó.
Versión de los comunarios
Ervin Saucedo, cacique de Porvenir, unas de las comunidades aludidas de estar coludida con los ilícitos, aseguró que en los 42 años que vive ahí nunca ha visto que los comunarios reciban una mensualidad de los narcos.
Sin embargo, reconoció quesi “uno para denunciando, después no sabe lo que se le viene”. Aseguró que están conformes con los puestos de control, porque se sienten protegidos.
(Fuente: El Deber)