El narco uruguayo Sebastián Marset no solamente impulsó negocios inmobiliarios, deportivos y relacionados con el espectáculo para lavar grandes sumas de dinero provenientes de sus actividades ilícitas. Este jueves, desde Paraguay, se reveló que Marset lavó millones a través de una iglesia evangélica del vecino país denominada Centro de Avivamiento.
Marset se asoció en esa vía de lavado de activos con el pastor Miguel Ángel Insfrán, quien poseía una congregación pequeña en una ciudad el interior de Paraguay y que en poco tiempo comenzó a construir enormes templos y casas de retiro, además de organizar eventos religiosos de carácter internacional.
La nueva información sobre cómo Marset encontró una veta de lavado de dinero proveniente del narcotráfico en la religión fue dada a conocer este jueves por Francisco Ayala, vocero de la oficina de lucha antidrogas de Paraguay, al destacado periodista John Arandia de Radio Fides.
«(Marset) ha sido muy hábil para penetrar espacios de poder político, religioso, deportivo», dijo Ayala en contacto con la emisora paceña, luego de señalar que se sabe que en Bolivia replicó las mismas actividades de lavado de dinero que implementó en Paraguay.
En julio de este año, la jueza paraguaya Rosarito Montanía ratificó la prisión para Insfrán, alías Tío Rico, en la cárcel militar de Viñas Cué, y también autorizó la atención nutricional, siquiátrica y sicológica del considerado líder de una organización criminal.
Tío Rico fue detenido en Río de Janeiro, Brasil, el 9 de febrero, y se acogió al proceso abreviado de extradición, declarando que quería volver a Paraguay cuanto antes, por lo que se acortó el plazo para ser traído al país.
Para los investigadores, Insfrán se inició en el crimen organizado cometiendo delitos relacionados con el robo, desarme de vehículos y reducción.
También fue incursionando en actividades vinculadas al narcotráfico, hasta conformar una amplia e importante estructura criminal, con soporte logístico para el tráfico de sustancias ilícitas por vías aérea y terrestre, según el extenso informe del Ministerio Público.
La investigación paraguaya denominada A Ultranza lo vincula con Sebastián Marset Cabrera, con quien habría conformado toda una ingeniería de tráfico internacional, la cual permitió el tránsito de grandes cantidades de droga a otros continentes.
(Fuente: Datápolis)
