Economistas alertan de los riesgos de un posible default para la deuda externa del país (cercana al 30% del PIB) y de mayores presiones inflacionarias por el endeudamiento interno (que ronda un 50% del PIB)
Economistas alertan de los riesgos de un posible default para la deuda externa del país (cercana al 30% del PIB) y de mayores presiones inflacionarias por el endeudamiento interno (que ronda un 50% del PIB)
Los ratios de solvencia de la deuda pública, que incluyen no solo el endeudamiento externo, si no también el interno, están en 40% en relación al Producto Interno Bruto (PIB), según el Mercado Común del Sur (Mercosur); en 50%, de acuerdo con la Comunidad Andina (CAN), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; y en 60%, en los países de la Unión Europea.
Pero la deuda pública de Bolivia ($us 34.665,7 millones) está en 78,2% del PIB, si se toman en cuenta los $us 44.315 millones producidos en 2022, y en 74,6%, si el cálculo se hace con los $us 46.469 millones previstos para 2023.
“No es correcto medir la deuda pública solo con los datos de la deuda externa. La deuda pública se la debe medir considerando la interna y la externa”, afirmó Claudia Pacheco, vicepresidenta del Colegio de Economistas de Santa Cruz, un punto en el que hay consenso entre los economistas.
“La deuda externa representa un 29,2% del PIB y la deuda interna más del 50% del PIB. Entonces, fácilmente la deuda total de Bolivia supera el 80% de su PIB, aunque no se puede calcular totalmente, porque no existe información actualizada”, sostuvo Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija.
En varias oportunidades, el Gobierno central informó que la deuda pública de Bolivia está en niveles bajos y manejables, lo que deja al país con margen para seguir contrayendo más créditos externos, necesarios en la actual coyuntura para avanzar en proyectos de inversión y para frenar la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
“Ya tenemos un nivel de deuda pública elevado y riesgoso, por los montos y el uso actual de los desembolsos. La capacidad de pago a corto plazo no es totalmente segura, más aún con un gasto publico extraordinario”, evaluó Romero.
“No se descarta un posible default si el ritmo de endeudamiento crece a este ritmo”, apuntó Romero, quien recordó que para este año el Presupuesto General del Estado considera un endeudamiento de “unos $us 1.124,67 millones por mes”.
Considerar la deuda pública tomando en cuenta solo la deuda externa “solo permite medir el ingreso de dólares a las arcas del BCB, que incrementa el stock de las RIN. Cuando se cumplan los plazos del cronograma de pagos” de la deuda externa, “los dólares saldrán del país y, si no los hay, pasado un tiempo podríamos entrar en default por dejar de honrar nuestras obligaciones”, explicó.
Respecto a los riesgos de una mayor deuda interna, Molina indicó que estos tienen que ver principalmente con la inflación.
A través de la emisión de letras y bonos, el Tesoro General de la Nación (TGN) “recibe liquidez del sector privado para gasto público. El pago de capital e intereses tendría que ser con la recaudación de impuestos, que generalmente no alcanza. Entonces, se emite dinero y a mediano y largo plazo, lo que afecta las expectativas de inflación”, detalló.
El mayor crecimiento de la deuda interna “puede conducir a una emisión de dinero inorgánico (imprimir billetes sin respaldo de producción), con la finalidad de solventar el gasto público, pero al costo elevado de una inflación galopante”, coincidió Romero.
(Fuente: El Deber)