Testimonio sobre una vida destruida hasta la muerte por los abusos de Pica
Escrito por Boris Bueno Camacho el 23 de mayo de 2023
El sueño de un joven de ser jesuita se frustró por los abusos de Pedrajas. La víctima murió en marzo de este año por enfermedad luego de sufrir por mucho tiempo, según el testimonio de su hermana, contado a Página Siete.
“Para mí esto es una pesadilla. Mi hermano desde jovencito quería ser sacerdote, ordenarse, pero no se lo permitieron, le pusieron trabas”. Con esas palabras, la hermana de un exjesuita -que prefirió guardar su identidad en reserva- relató que su hermano mayor entró a la Compañía de Jesús con ese sueño, pero todo se frustró porque en su paso por el noviciado tuvo como maestro a Alfonso Pedrajas, “Pica”, quien destruyó su vida.
Luego de sufrir durante años las secuelas de los abusos y la frustración, esta víctima de Pica falleció el 12 de marzo de este año por una enfermedad y no por un suicidio como señaló el también exjesuita Pedro Lima en varios medios. “Él no se suicidó”, aclaró la mujer, quien precisó que su hermano estuvo internado durante 11 días.
“Mi hermano salió bachiller el 89 y el 90 ingresó a la Compañía de Jesús como novicio”, relató la mujer a Página Siete.
Y es que su familia era religiosa y muy allegada a Pica, por eso sus papás pusieron en las manos de Pedrajas el futuro de su hermano. “Mis papás le habían confiado (a Pica) sus estudios y toda la vida de mi hermano (…) Qué íbamos a pensar lo que le estaba pasando”.
Dos meses después de la muerte de su hermano, llegó a la familia como “un balde de agua fría” el informe sobre las violaciones perpetradas por Pedrajas y que él mismo confesó en su diario, documento que fue hecho público por el periódico español El País.
“Mi mamá llegó a la casa y se puso a llorar terriblemente: ‘Él, Pica, él tiene la culpa, porque él abusó de tu hermano’, gritaba desconsolada”, relató la mujer quien en ese momento sólo le pidió que se calme.
Luego de que su hermano saliera de la Compañía de Jesús sin haberse ordenado sacerdote, él estaba muy decepcionado y en una oportunidad salió a beber. “Mi mamá le salió a esperar a la calle; cuando llegó, ella le había dicho ‘hijo, por qué estás tan triste, hace poco que saliste de la Compañía de Jesús’, a lo que mi hermano le contestó: ‘No me menciones a la Compañía, menos a Pica, él abusó de mí, me violó y estoy muy afectado, deprimido’, le dijo. Mi mamá no supo qué hacer”.
Ella aseguró que en ese momento quizá por el temor de contarle a su papá, ya que era uniformado, la familia no avanzó más con el tema.
“Cuánto habrá sufrido mi hermano”, lamentó la mujer mientras se quebraba con los recuerdos. Cuando se enteró de Pica “ató cabos” y confirmó todo lo que había confesado su hermano a su mamá, ya que él “fue víctima de Pica”. Ésa fue la razón para que dimita de la Compañía de Jesús.
“Él siempre fue muy reservado, jamás nos dijo las cosas al instante”, relató la mujer, quien recuerda que su hermano se destacaba en su carrera con buenas calificaciones. “Cuando he tenido acceso a sus notas, he visto que tenía entre 80, 90 y 100 de nota”, contó. Por ello, “no hubo ningún motivo para que frustren su carrera”, pero lo hicieron.
Ella explicó que la carrera en la Compañía de Jesús consiste en una primera etapa de noviciado en la que se estudia filosofía y magisterio; luego los envían a Brasil a estudiar teología, después les mandan a trabajar de misiones. Cuando pasan por todo eso, se ordenan como diácono presbiteral.
Bajo esa explicación, al hermano de la mujer sólo le faltaba la fecha para que se ordene, pero nunca le dieron la fecha. “No había cuándo llegue su ordenación, él se sentía deprimido por eso”.
Pero relató que ahora encontraron papeles “en los que lo obligaron a dimitir de la Compañía” tras casi 10 años de espera. Cuando ya iba a tener 30 años decidió dar un paso al costado. “Un día llamó a mi mamá para decirle: ‘¿Me recibirías en la casa? voy a salirme’. Y mi mamá le dijo: ‘Claro hijo, vente’”.
Para él, ése fue un momento muy doloroso porque todos sus sueños se habían frustrado. Ella relató que ahora entiende que la razón por la que no se ordenó su hermano fue porque denunció a las autoridades de ese entonces, los sacerdotes Marcos Recolons y Ramón Alaix, sobre la violación que había sufrido por parte de Pica, y ellos, en vez de ayudarlo, le obligaron a dimitir. Él vio que hasta su compañero Oswaldo Chirveches, actual jesuita y autoridad de la Compañía de Jesús, se ordenó antes que él.
“Mi hermano reclamó por qué le postergaban; sin embargo, Recolons y Alaix siempre le ponían trabas, por eso entró en una depresión fuerte”, contó.
Volvió a vivir con su verdugo en La Paz
El dolor de la familia de la víctima es muy fuerte, pues cuando el aspirante a jesuita volvió a Bolivia, tras concluir sus estudios en Brasil, el padre Recolons le envió a vivir nuevamente con Pica, a sabiendas de la denuncia de abusos, según la hermana.
“¿Cómo estaría viviendo mi hermano con su verdugo?”, se preguntó la mujer y aseguró que fueron meses que estuvieron viviendo juntos en la casa de los Jesuitas, ubicada en la calle Yanacocha de La Paz.
“Vivir al lado del criminal que jamás dio la cara para reconocer lo que hizo debió ser terrible, no sé cómo soportó eso”, comentó. Por eso quizá -dijo- no pudo salir de su depresión. “Incluso tuvo problemas de identidad”, afirmó, aunque su familia jamás lo desamparó.
Días antes de morir, él cumplió su deseo pero en sus sueños. “‘Hermana, te cuento que en mis sueños volví a ser jesuita y estaba diferente. Ahí pude ordenarme’, me dijo”, y luego de unos días falleció. Para esta víctima tampoco hubo justicia.
(Fuente: Página Siete)