El Presidente admite iliquidez de dólares y habla del yuan chino como alternativa

En un balance de la primera mitad de su gestión como jefe de Estado, el presidente Luis Arce admitió anoche que existen dificultades en la liquidez de dólares en el mercado interno y aseguró que ese problema se superará de forma paulatina con la Ley del Oro.

En ese escenario, el primer mandatario indicó que su Gobierno mira como una alternativa para hacer negocios a los yuanes, la moneda china.

“Así como hemos avanzado, también tenemos algunas dificultades (…) Bolivia, como algunos países de la región, enfrenta problemas de liquidez del dólar estadounidense que en nuestro caso, producto de la aprobación de la Ley del Oro y de otras medidas que estamos asumiendo, los iremos superando paulatinamente”, dijo Arce.

En ese contexto, habló sobre las acciones de países vecinos, como Argentina y Brasil, que “ya están acordando con China -principal proveedor de manufacturas en el mundo– transar en yuanes chinos, antes que en dólares estadounidenses”. Agregó que esta acción es un reconocimiento objetivo de los cambios geopolíticos que experimenta el mundo, pero también hizo énfasis en que se debe seguir profundizando la bolivianización en el modelo económico.

Los problemas de liquidez del Gobierno comenzaron a agudizarse en los primeros meses del año debido al descenso de las reservas internacionales netas (RIN), que al 8 de febrero mostraron 3.538 millones de dólares, mientras que el nivel de las divisas cayó hasta los 372 millones de dólares y en las últimas semanas se conoció de la venta de los derechos especiales de giro (DEG).

La caída de las RIN se dio en un contexto de importaciones récord de combustibles para atender la demanda interna y de un mayor costo de subsidios.

En los últimos seis años, el costo de la subvención a los carburantes creció en una proporción de 7,4 veces, mientras que la importación de gasolina y diésel se disparó por 19 veces desde 2006 hasta 2022. Esta situación es una de las causas de la salida de divisas y la caída de las RIN.

En otros temas, el presidente Arce aseguró que a pesar de que “desde afuera y desde adentro intentan posicionar la idea de crisis económica” y generar incertidumbre, su Gobierno proyecta llegar al Bicentenario de Bolivia “con un país estable, con crecimiento sostenido y justicia social, económicamente diversificado e industrializado”.

En ese marco, la autoridad reiteró que cuando llegó al poder encontró “un aparato estatal abandonado y saqueado”, por lo cual trabajó en la reconstrucción económica y productiva y logró reducir los indicadores de desempleo, pobreza y la brecha de desigualdad entre ricos y pobres, además de enfrentar la pandemia del coronavirus aplicando hasta la fecha 15,9 millones de vacunas.

“Desde lo político, devolvimos al pueblo su ajayu, que había sido duramente golpeado por un año de convulsión y violencia sistemática”, subrayó Arce y agregó que a pesar de los intentos internos y externos de acortar su mandato, “está firme para seguir cumpliendo su compromiso”.

En su discurso, el jefe de Estado no pudo eludir la crisis del sistema judicial y dijo que ése es un tema pendiente “muy complejo de resolver”. Reiteró que se debe trabajar en ese tema “escuchando al pueblo”.

Aseguró -además- que “son los sectores más vulnerables y de menores ingresos los más indicados para mostrarnos el camino de esta transformación judicial”.